Por mucho tiempo, el epicureísmo fue erróneamente considerado como la filosofía de los disolutos. La tesis del placer como principio y fin de una vida feliz fue considerada en su sentido más superficial cuando, en realidad, la doctrina de Epicuro comprende una filosofía que predica la abstinencia de los placeres más comunes y efímeros para obtener aquellos más duraderos.
Sin embargo, ¿por qué el placer? Las respuestas son múltiples y variadas, por ejemplo, el hedonismo pudo surgir como una postura para afrontar la difícil situación política de la Grecia de ese entonces; por otro lado, el epicureísmo quiso representar una alternativa en contra de las escuelas platónica y aristotélica que se preocupaban más por la contemplación que por la vida misma. No es posible identificar a los factores externos, por temor a menospreciar la complejidad de la doctrina, como los responsables de la definición de la filosofía epicúrea. No obstante, es necesario tenerlos en cuenta a fin de poseer un panorama más amplio del origen de la escuela.
Una visión más completa de doctrina epicúrea sólo es posible con un estudio de su filosofía en conjunto, prestando especial atención a la filosofía natural debido a que ésta puede considerarse como el sustento sobre el que se apoya la doctrina hedonista de Epicuro. A partir de esto surge una pregunta más oscura que la anterior ¿en qué punto entran en contacto la física atomista y el hedonismo? En averiguar dónde armonizan dos posiciones tan aparentemente distantes una de la otra consiste buena parte de la comprensión de la filosofía epicúrea. Con este objeto se pretende abordar un recuento de los puntos más esenciales del epicureísmo, y, de esta manera, encontrar el papel que juega el materialismo en el resto de la filosofía de Epicuro.
Los átomos y la estructura de las cosas
De acuerdo a los objetivos aquí perseguidos, es necesario comenzar por hablar un poco de la filosofía natural epicúrea con el fin de